Cómo identificamos y tratamos la Artritis Reumatoide
Jesús
Ibañez, jefe de Reumatología de Povisa, explica en este artículo qué es, cuáles
son los síntomas y cómo desarrolla el equipo de Povisa el tratamiento de la
Artritis Reumatoide, una enfermedad que ya en 2014 afectaba a más de 200.000
personas en España. Esta semana, Povisa acoge, además, un nuevo congreso de la Sociedad Gallega de Reumatología.
¿De qué hablamos cuando hablamos de
Artritis Reumatoide?
La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad
inflamatoria que afecta
principalmente a las articulaciones, pero que puede afectar a otras partes
del organismo, particularmente ojos, pulmones y piel.
Es tres veces más frecuente en mujeres que
en hombres y suele comenzar entre los 25 y los 50 años. Hay una forma
infantil que afecta a niños de entre 4 y 7 años.
El síntoma inicial más común es la rigidez
matutina, sobre todo de las manos, que puede durar más de una hora; más tarde aparecen el dolor e hinchazón de
las articulaciones, muchas veces de manera bilateral y simétrica.
Abandonada a su evolución sin tratamiento suele producir incapacidad laboral a
los 5 años de su comienzo.
¿Qué factores provocan esta dolencia y cómo
se manifiesta?
La Artritis Reumatoide no es una enfermedad
hereditaria, pero la genética juega un papel importante de aproximadamente
un 60%. El 40% restante corresponderían a factores ambientales que no conocemos
(entre ellos, el tabaco). La incidencia más alta se da entre algunas tribus de
indios americanos, y la más baja en africanos y asiáticos.
Aunque
la enfermedad suele presentarse poco a poco a lo largo de semanas o meses,
otras veces se presenta de manera explosiva a lo largo de horas o pocos días. En su forma más típica se dice que es una
artritis (inflamación articular) aditiva, bilateral y simétrica, es decir
comienza por ejemplo con la inflamación de una rodilla y poco a poco se van
sumando la rodilla contralateral, manos, muñecas, hombros… hasta afectar a
prácticamente cualquier articulación incluida la mandíbula. Otros síntomas son la rigidez matutina, el
cansancio, la impotencia funcional o, en caso de afectación extraarticular,
la dificultad respiratoria o la inflamación ocular.
¿Cómo se diagnostica?
El
diagnóstico de la AR se hace en base tres procedimientos. Por un lado a la sintomatología, anteriormente comentada. Por otro, es fundamental una exploración física para observar y categorizar los síntomas. Y además, están las pruebas de laboratorio y de imagen. Es el reumatólogo el especialista
encargado de realizar este diagnóstico, para posteriormente establecer el tratamiento y continuar con el seguimiento de estos
pacientes.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
En
el tratamiento farmacológico hay dos
grandes grupos de medicamentos: uno sería el formado por los antiinflamatorios, analgésicos y
corticoides, que ayudan todos ellos a controlar los síntomas, y el otro
grupo sería el de los que llamamos fármacos
modificadores de la enfermedad, con los que intentamos frenarla y evitar
sus secuelas. El fármaco más importante es el metotrexato, que es un
inmunosupresor; desde que lo utilizamos en dosis progresivas hasta los 25 mg
semanales hemos conseguido buenos resultados. Otros fármacos importantes son la
leflunomida, la sulfasalazina, la azatioprina y la ciclosporina, todos ellos
también inmunosupresores.
¿Ha habido avances destacados en su
tratamientos durante los últimos años?
Hace
algo más de una década se produjo una auténtica revolución en el tratamiento de
la AR y de otras enfermedades reumáticas inflamatorias, como la Artritis
Psoriásica o las Espondiloartritis, con la introducción de los llamados tratamientos biológicos (infliximab,
etanercept, adalimumab, rituximab, abatacet, certolizumab, tocilizumab…). Con ellos, generalmente
añadidos al metotrexato, se han logrado importantes
tasas de mejoría e incluso de remisión de la enfermedad. Los avances en la
investigación no cesan y desde el mes de
septiembre disponemos de dos nuevos tratamientos del grupo llamado inhibidores
del JAK, el baricitinib y el tofacitinib, ambos ya comercializados. Aún
así, es importante reseñar que la AR es más frecuente y tiene peor pronóstico
en fumadores.
La
AR no tiene un tratamiento quirúrgico, salvo para aliviar secuelas, básicamente
la instauración de prótesis de rodilla y cadera, y con menos frecuencia de
hombro, tobillo o muñeca; o la corrección de desviaciones de los dedos de las
manos o pies.
¿Hay cifra de personas con AR en España? ¿Y
en el área de atención de Povisa?
Aunque
su incidencia es variable, en Europa se presentan entre el 0.5 y el 1% de la
población. Según un estudio de la Sociedad Española de Reumatología en el año 2014 había en España 206.000
personas con la enfermedad. Según esta incidencia, en nuestro sector de población (Vigo y alrededores) habría entre 700 y
1400 personas con la enfermedad.
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